
Pérez Herrera fue el último protagonista en pasarse por la cámara de Xerezmanía portada por Roberto Benítez sobre el césped del Polinario, en la celebración del ascenso del Xerez Deportivo FC a Segunda RFEF: “Evidentemente es especial. Esto es un sueño cumplido. Desde pequeño, ya que no lo pude hacer como futbolista porque era muy malo (risas). Hacerlo como entrenador en uno de los Clubes de tu tierra con el xerecismo presente y con el apoyo que hemos tenido todo el año de la afición, la verdad que es para estar orgullosos y para estar contentos”.
“Yo creo que situaciones así se dan pocas. Entrenadores que sean técnicos en el Club de su tierra y que además consigan éxitos. Tenemos que estar contentos y agradecidos al grupo humano que tenemos en la plantilla. Y por el esfuerzo de los jugadores. Es tremendo los cuatro partidos que han hecho en apenas 10 días después del brote Covid y después de todos los inconvenientes que hemos superado”.
“Al final hemos tirado de casta, de orgullo y de corazón. Porque es lo que quedaba. El equipo venía muy mermado físicamente. De hecho Máyor no ha podido participar porque estaba lesionado y hoy Javilillo. El otro día contra el San Roque en casa terminaron seis jugadores por los suelos rendidos”.